Nothing Hill

-Hola
-Hola
-Desapareciste
-Ya, ya, tenía que irme, no quería molestar
-Ah, ¿Cómo te va?
-Bien, bien, supongo que como siempre. Cuando aprueven la ley Spike y yo nos casaremos
-Haha
-¿Y a ti? De maravilla, galardones, gloria...
-Ah, no...son tonterías, creeme. No imaginava lo absurdo que sería, pero ahora lo se. Bueno, ayer fue nuestro último día de rodaje y...me voy. Pero, traía esto de casa para ti... y he venido a dártelo.
-Gracias. ¿Puedo ver que...?
-Oh, no no lo habras ahora, me da vergüenza
-Gracias, no se lo que es, pero gracias
-En realidad lo tenía en mi piso y pensé... cuando llegué a Londres, no me atreví a llamar después de haberme portado tan mal... dos veces y me quedaba en el hotel; pero apareciste y pensé que... la cuestión es:.... la cuestion es!
-Cual, cual es?
-Tengo que irme hoy y me preguntaba si podría, si sería possible verte un poco o mucho, mejor...para que vuelva a gustarte.
-Pero ayer aquel actor te preguntó quién era y me rechazaste, sin más. Lo oí... llevabas un micro y yo auriculares.
-Esperas que le cuente la verdad al hombre más indiscreto de Inglaterra?
-Anna mira, ehm... soy una persona equilibrada y no muy dada a tanto juego, pero puedo decir no a tu propuesta y dejarlo?
-Sí, puedes, por supuesto, claro, entonces me voy...me ha gustado verte.
-Lo que ocurre es que contigo estoy en peligro, parece una situacion perfecta, dejando a parte tu temperamento; pero mi relativamente inexperto corazón podría no recuperarse y si fuera castigado otra vez como estoy convencido de que sucedería... hay demasiadas fotos tuyas, demasiadas películas y tu te marcharías y yo me quedaría hecho polvo.
-Eso es un auténtico no.
-Vivo en Notting Hill y tu en Beverly Hills, todo el mundo te conoce y mi madre a veces no recuerda ni mi nombre.
-Muy bien, bien, buena decisión, es buena. Eso de la fama no es real, sabes? Y no olvides que que solo soy una chica delante de un chico pidiendo que la quiera.
Adiós